“Jugando con el Tiempo” por Pepo Toledo – Escultura en Parque Miraflores
“Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida”. Proverbio chino.
Hoy tenemos una cita con el tiempo. La obra que hoy inauguramos está significativamente asentada sobre el mismo lugar donde lo hicieron las culturas precolombinas de Kaminal Juyú, que habitaron esta tierra alrededor del Lago de Miraflores, ahora una selva de concreto.
La cosmovisión es la forma en que interpretas el universo y todo lo que existe. También la forma en que percibes a Dios, al prójimo y a ti mismo. Determina de acuerdo a tu cultura nociones comunes que aplicas a los campos del saber tales como la religión, la filosofía y la ciencia. En ella es vital cómo enfocas el tiempo: el pasado, el presente y el futuro. La forma en que lo hagas tendrá una gran influencia en tu vida.
El pasado es como nuestra sombra. Siempre nos acompaña, para bien o para mal. La falta de perdón y el resentimiento son autodestructivos. Te atan al pasado y lo hacen formar parte de tu presente en todo momento. La preocupación tiene el mismo efecto. Empeora las cosas. No cambia el pasado pero puede arruinar tu presente y tu futuro.
Dios no te diseñó para soportar emociones negativas. Cuando las tienes, tu cuerpo se queja con estrés y enfermedades; tu mente, con depresión y amargura. La forma de lidiar con ellas es poner tu vida en manos de Dios. Entrégale tus errores, tus problemas y tus necesidades. También tus anhelos y tus metas. Vive cada día de tu vida con gozo y paz. Uno a uno.
La historia se inventa, pero el pasado no se puede cambiar. Aunque sí lo puedes repetir, volviendo sobre tus errores. No se trata de borrar el pasado. El tiempo recordado con un corazón sano nos deja el gozo de los recuerdos y el aprendizaje de los errores. Aprende del pasado para construir la historia de tu futuro. Dale significado a tu presente. Enfócate en los dones que Dios te dio.
El tiempo transcurre para no volver. No espera. No lo puedes comprar. La vida es tiempo acumulado. Cuando das tu tiempo a alguien le das un trozo de tu vida. Es un acto de amor.
El tiempo es finito pero si lo aprovechas es suficiente. De otra manera, reclama lo suyo.
Dios nos da la fórmula: cada día tiene su propio afán (Mateo 6:34). Los niños lo saben porque su corazón es limpio. Son libres de la preocupación del tiempo. Nos enseñan a gozar el presente. Puedes ver a Dios en ellos. Por eso dedico esta escultura a los chicos que a partir de hoy subirán a ella, la usarán para hacer piruetas y sobre todo para jugar con el tiempo.