Aclaraciones – Por José Toledo Ordóñez – Guate, 15 oct. 98
Columna Cimientos – pepo@guate.net- Redactado para Prensa Libre
Recibí un “E mail” del señor Guillermo Contreras con motivo de mi último artículo, el cual consideré conveniente publicar; dice así:
“Estoy totalmente de acuerdo con usted en cuanto a la política que, sobre el tema de “Acusaciones y aclaraciones”, mantienen los medios de información; sobre todo, los escritos.
Esto se entiende ya que una acusación es “sensación” y por lo tanto lo que a la mayoría de lectores les gusta (desafortunadamente); en cambio, a una aclaración, que es lo más importante, creo que poca gente le pone atención.
Se dice que: “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. Se me ocurre que “también cada pueblo tiene los medios de comunicación que se merece”, no?
Personalmente, no me enteré del problema que usted menciona en su columna; a lo lejos, me recuerdo de esa bomba que detonó en el parqueo de la UFM; sin embargo, lo que me admira es el valor suyo al poner en total evidencia al tal excapitán Ríos, ya que hoy en día, uno no sabe en qué forma pueden reaccionar determinadas personas. Estamos en una época muy turbulenta y son muchos los que están sacando, libremente, el monstruo que llevamos dentro.
Espero que esto no le vaya a acarrear ninguna dificultad y que el Creador lo proteja por su espíritu de justicia. Felicitaciones y saludos.”
Agradezco al señor Contreras su carta en todo lo que vale, que es mucho.
Como olvidamos tan rápido las cosas malas no nos fijamos en las buenas. La persecución institucional hacia los periodistas ha cesado; durante este gobierno no ha muerto ninguno; hay exguerrilleros que escriben sin ningún problema. No falta quien se aprovecha de este ambiente democrático para hacer señalamientos contra el Presidente y demás funcionarios en forma sistemática; si existen o no pruebas no importa; basta con un rumor para publicarlo; al fin y al cabo no hay represalias.
Sin embargo, fuera de las instituciones hay individuos o sectores que luchan por obtener privilegios, o lo que es lo mismo, vivir a costillas del pueblo; cuando los obtienen los defienden hasta con las uñas.
Los columnistas no escapamos de las amenazas de este tipo de personas; algunos las hacen descaradamente y otros las adornan. Recuerdo que con motivo de unos artículos que publiqué contra el humo negro y el resto de emisiones de gases de los vehículos automotores, una vez me llamó una persona y me dijo: “Mi socio y yo te apreciamos mucho; pero anoche en la sesión de la gremial había unos compañeros que hablaban pestes tuyas; tené cuidado.”.
A la prensa le corresponde llevar la voz de denuncia cuando hay malos manejos en la administración pública; pero los periodistas debemos ser responsables, dejar a un lado los rumores y trabajar con hechos.
Inserto:
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“La persecución institucional hacia los periodistas ha cesado; durante este gobierno no ha muerto ninguno.”