Derechos de privilegiados y delincuentes por José. Toledo Ordóñez
PRENSA Libre Opiniones columna Cimientos 17DC1997
El nuevo Procurador de los Derechos Humanos, Julio Arango Escobar, tardó
poco tiempo en lanzarse a la lucha en contra del alza a la tarifa eléctrica. Sigue
así el ejemplo de sus antecesores Ramiro de León Carpio y Jorge Mario García
Laguardia. Antes de comenzar su gestión anunció que despolitizaría la Procuraduría de los Derechos Humanos. AI hacer este anuncio implícitamente reconoció que el puesto estaba politizado.
De León Carpio impugnó la tarifa eléctrica y luego obtuvo Ia Presidencia de la
República; lo irónico es que siendo presidente quiso subir la tarifa y le fue impedido por su sucesor, Jorge Mario García Laguardia; es obvio que este último también quería ser presidente y que también quiere serlo Arango Escobar, quien pronto cedió a la tentación de politizar la Procuraduría. De acuerdo a un dictamen de la Corte Internacional de Derechos Humanos, la tarifa eléctrica noes materia de, derechos humanos; García Laguardia hizo caso omiso y la siguió impugnando.
El cálculo de la tarifa es un asunto puramente técnico que por muchos años
se ha tratado políticamente; el resultado es que se da el servicio abajo del costo,
no importando si el mismo refleja ineficiencias. El cliente más caro de servir es
el residencial, por su bajo consumo; el cliente más barato de servir es el comercial, al cual se le vende energía al por mayor. Contrario a Io que haría cualquier negocio, se le cobra más barato al cliente residencial que al comercial, Esta distorsión no impide que el costo sea trasladado al consumidor; Io que sí hace es
restar competitividad a nuestras exportaciones.
Cuando se comenzó a vender la electricidad abajo del costo, la cantidad dedicada a la expansión del servicio se redujo a su mínima expresión; de esta manera los privilegiados que tenemos electricidad fuimos beneficiados en detrimento de campesinos que no la tienen y que pagan costos más altos por sustitutos como las candelas, Por el otro lado, la falta de ingresos hizo descuidar el mantenimiento del sistema eléctrico, el cual entró en un suicidio lento; en este momento hay que hacer inversiones millonarias para alejar el fantasma de un colapso cuyas
consecuencias serían incalculables.
Resulta inconcebible la actitud irresponsable de estos defensores del pueblo
que solamente buscan lograr votos para PRENSA LIBRE es ajena y no comparte ni avala -a menos que lo haga constar expresamente Ia opinión de los artículos que llevan firma de autor. De conformidad con la ley, los firmantes de los artículos que aquí y en otras secciones del periódico aparecen, son total y exclusivamente responsables de su contenido y consecuencias su proyecto político personal. La Procuraduría de los Derechos Humanos es una de tantas instituciones copiadas de Europa e impuestas por la Comunidad Internacional. En nada ha contribuido a evitar violaciones a los derechos humanos; por el contrario, ha servido para defender a delincuentes comunes, al punto de que la Policía los tiene que tratar con guantes de seda; ha defendido a secuestradores y guerrilleros como Mincho y
Bámaca; jamás cuestiona a la guerrilla.
Es un instrumento político que sirve a los intereses de la clase socialista, quien es
Ia quemas ha pisoteado los derechos humanos a través de dictaduras indispensables para mantener un sistema que atenta contra la libertad del hombre.
Las normas jurídicas son una calle de dos vías: conceden derechos e imponen
obligaciones; de esta forma nos proporcionan una dosis razonable de orden que
nos permite vivir en sociedad; pocas veces se nos habla de nuestras obligaciones. El espíritu de la Procuraduría de los Derechos Humanos es evitar abusos por parte de las personas que ocupan los tres poderes del Estado; para ello emplea
un enorme aparato burocrático; ¿quién vigila al Procurador para que no cometa
abusos?