Código de la Niñez y la Juventud – Por José Toledo Ordóñez – 1o.mar ’98
Columna Ciminentos – pepo@guate.net – Redactado para Prensa Libre
El Código de la Niñez entrará en vigor este mes, al parecer contra viento y marea. Pocas veces se han hecho tantas publicaciones y artículos de opinión en contra de un proyecto de ley. Un análisis de estas opiniones nos lleva a calsificarlas de acuerdo a los siguientes puntos de vista:
Familiar y social: Patria Potestad es la autoridad que según la ley tienen los padres sobre los hijos no emancipados; en el Derecho moderno comprende los derechos y obligaciones que recíprocamente existen entre padres e hijos durante la minoría de edad; sin embargo, el Código de la Niñez contiene 287 artículos con derechos del niño y uno solo con obligaciones. Fue copiado de países desarrollados con abundantes recursos y educación, cultura y valores diferentes a los nuestros; ellos ponen a los hijos en guarderías y a los ancianos en asilos; en Guatemala vivimos en familia. Los principios y valores familiares no son improvisados: la experiencia de miles de generaciones nos dicen que el menor es inmaduro psíquica y fisiológicamente; no tiene capacidad de valerse ni de ejercitar sus derechos; las personas indicadas para representarlos en el ejercicio de estos derechos son los padres. Con el Código los hijos podrán ejercer el derecho de denuncia cuando no quieran aceptar la disciplina familiar. En varios países subdesarrollados se ha reducido notablemente el índice de criminalidad cuando la legislación comenzó a tratar a los jóvenes como adultos.
Religioso: El cuarto mandamiento nos pide honrar padre y madre. A esto se pueden añadir una gran cantidad de citas bíblicas.
Económico: No hay recursos para crear la infraestructura necesaria para la aplicación del Código; implica la creación de un verdadero monstruo Estatal con 11,933 empleados que pagaremos los guatemaltecos. Obliga a las empresas a tener lugares para lactancia y cuidado de menores de 6 años sin límite; obliga a los centros hospitalarios privados a prestar atención médica a menores sin previo pago y a tener lugares para que permanezcan los padres; obliga a los colegios privados a hacer exámenes a menores aunque no hayan cubierto sus cuotas. Todo esto solamente contribuirá a incrementar el costo de los servicios y a que se discrimine en las empresas a las madres con hijos.
Legal: De acuerdo a las normas de Derecho Civil la capacidad para el ejercicio de los derechos civiles se adquiere con la mayoría de edad y no en la niñez. Los abusos hacia los menores ya están penados por el Código Penal y el Código de Menores vigente por lo que el Código de la Niñez es innecesario; además es discriminatorio contra los adultos. Contradice al artículo 47 de la Constitución en el punto donde habla de la paternidad responsable. En el caso de empresas, hospitales y colegios atenta contra el derecho a la propiedad privada. Obliga a los padres a participar en programas relacionados con la niñez contradiciendo el principio de libertad. Atenta contra la Autonomía Municipal al obligar a las Municipalidades a hacer gastos. Otorga facultades jurisdiccionales a las Juntas Municipales de Protección a la Niñez y la Juventud que son exclusividad de la Corte Suprema de Justicia. Otorga calidad de Ley a aspectos de los acuerdos de paz sin seguir el procedimiento de consulta popular; otorga condición privilegiada para los menores refugiados, repatriados y desarraigados lo cual es discriminatorio.
Político: El Código de la Niñez victimiza a los niños para justificar la intromisión del Estado en el seno de la familia. Ningún integrante de una Junta Municipal, sin tener la misma sangre de un niño ni haberlo querido podrá tomar mejores decisiones que sus padres; como hay padres que tratan mal a sus hijos pretenden tratarnos a todos como tales. Los padres tienen derecho a educar a los niños sin la intervención del gobierno. Se ha hecho un cabildeo millonario por parte de las ONG’s extranjeras que anteriormente apoyaron a la guerrilla en Guatemala; todo parece un bien organizado plan de dominación política de la juventud, aceptado por la bancada oficial ingenuamente o tal vez a cambio de apoyo en otro tipo de leyes.