Obras perdidas de Efraín Recinos

Por José Toledo Ordóñez

Efraín Recinos es uno de los más grandes artistas de la región y sin duda uno de los personajes más queridos de Guatemala.  Lo apetecido de sus obras y los altos precios que alcanzan han hecho que muchos las quieran obtener por medios ilícitos. Una buena parte de las obra de Recinos se ha perdido no solamente en Guatemala sino en el extranjero.

El último caso fue una reproducción de la “Guatemalita” que estaba en el cruce de San Lucas a Antigua Guatemala. Este es uno de los personajes recurrentes de Efraín Recinos, tan querido como él y casi un símbolo patrio.  Fue robada entre el 16 y el 18 de mayo. La pieza es un alto relieve realizado en granito blanco.   Era parte del proyecto “La ruta del orgullo”, que promueve Hotel Casa Santo Domingo. Este proyecto consiste en embellecer el recorrido entre la Ciudad Capital y Antigua Guatemala.  Agradecemos en nombre de los afectados los mensajes de indignación y apoyo que muchos  buenos guatemaltecos les hicieron llegar.

En la década de los años 50 se comenzó a construir el Centro Cívico.  El edificio de la Corte Suprema de Justicia fue terminado en 1972.   Entre los años 1979 y 1980 le fue encargado a Efraín Recinos  el diseño de los murales de esta construcción. Uno en el ala norte y otro en el ala oriente, cada uno formado por ocho piezas con temas audaces que podríamos calificar como arte de resistencia.  Como en muchas otras ocasiones, Recinos no quiso cobrar por el trabajo.

El mural fue diseñado en relieve y con mosaicos en colores. Las primeras formaletas se hicieron de madera reforzadas con hierro.  Eran verdaderas esculturas. Se comenzaron a construir en el sótano del edificio.  Después de seis formaletas y seis meses de trabajo un magistrado cuyo nombre no quiso recordar Recinos se enteró del proyecto, puso el grito en el cielo y ordenó detener la construcción. Poco después desaparecieron las formaletas.  En ese entonces la censura era una práctica común en Guatemala.  Atrevimientos como el de Recinos se pagaban con la vida.

La buena noticia es que ocho pinturas del proyecto que ahora llamamos “Murales Censurados” aún se conservan.  Fundación Mario Monteforte Toledo contactó al maestro digital Juan Carlos Melero en España, para hacer reproducciones de alta calidad de estas piezas. En breve estarán a disposición del público en Galería El Attico.

Hago ahora referencia a la revista  “Art in America”, edición enero-febrero de 1966, publicada en Nueva York. En ella encontramos el artículo titulado “Art in Central America Today”, escrito por Selden Rodman. Lo transcribimos a continuación (traducción libre):

“La cornucopia de junglas y lagos que yace entre el  sur de México y Sur América ha sido por largo tiempo conocida por su escultura clásica pre-colombina y por su sobreviviente arte folklórico y trajes, pero hasta la presente década, las bellas artes han languidecido en la brumosa sombra de la España provincial.  Ahora repentinamente todo esto está cambiando.  A pesar de los tardíos descubrimientos e imitación de las actuales modas en París y Nueva York – una oleada de conformidad que en la superficie parece engullir a los seis países – artistas de estatura real están empezando a emerger desde  Guatemala hasta Panamá.

Su dilema es quizá mejor ejemplificado por el caso del guatemalteco Efraín Recinos.  Como escultor y pintor – y recientemente arquitecto – Recinos, de treinta y nueve años, es probablemente el artista más audaz y ricamente dotado en Centro América.  Sus tres paneles en bajo relieve del nuevo edificio del Crédito Hipotecario Nacional son una representación deslumbrante.  Partiendo de los conocidos densos  patrones  en los mosaicos neo-precolombinos de Carlos Mérida, Recinos va más allá del cubismo decorativo de este guatemalteco mayor (quien aún reside en México), dándole a su imaginería simbólica más individualidad y poniendo  sus figuras talladas con precisión con un muy efectivo contraste contra fondos de concreto mate y celosías que proyectan una larga sombra.

En la reciente competencia “Esso Standard”, la monumental figura de Recinos de una mujer – la más grande escultura jamás fundida en esta parte del mundo – fue la destacada ganadora.  Una serie de grandes pinturas abstractas en duco, exhibidas en Washington, D.C., en la Unión Panamericana, son realizadas con colores brillantes e intensos y unidos con maestría técnica.  Si dicen nada de Guatemala y muy poco acerca del artista, ese es el dilema de Recinos – y el dilema de los artistas de bellas artes en Centro América generalmente: el reconocimiento en el extranjero, sin el cual el artista puede difícilmente sobrevivir, viene solo a aquellos que están en la jugada”.

La escultura mencionada en el artículo de Rodman y de la cual publica una foto se llama “Sirena de las nubes”. La revista la ubica en la Unión Panamericana, Washington D.C.  Mide aproximadamente 2.oo metros de largo por 1.80 metros de alto y pesa cerca de dos toneladas. Con ella ganó Efraín Recinos el Primer Premio Centroamericano de Escultura Certamen Esso, en San Salvador, en 1964. Después de este concurso fue enviada a la Unión Panamericana donde el cubano José Gómez Sicre dirigía la rama cultural. Las pinturas abstractas a las que Rodman alude en su artículo eran 19 piezas que fueron enviadas a Washington  poco tiempo después y también a solicitud de Gómez Sicre. No se supo más de la escultura ni de las pinturas abstractas. Efraín Recinos no recibió un solo centavo por ellas.

Durante muchos años amigos de Recinos se dedicaron a la imposible tarea de encontrar  la “Sirena de las nubes”. Tras una larga búsqueda en internet, recién fue localizada por Carla Castillo de Hess, hija de Mauricio Castillo Contoux (q.e.p.d.) y su esposa Gladys, ambos entrañables amigos de Efraín Recinos.      Se encuentra en el “Jardín de esculturas Lowe” de la Universidad de Miami en Florida. Quienes quieran admirarla pueden visitar el siguiente sitio de internet:

http://www.flickr.com/photos/hanneorla/3258524819/

Hacemos un llamado al gobierno para recuperar estas piezas que pertenecen a nuestro patrimonio histórico. Primero,  para encontrar  la “Guatemalita” de “La Ruta del orgullo”. Segundo, para hacer gestiones diplomáticas y otras que correspondan para recuperar “La sirena de las nubes”.

Category:
  Escritos
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